logsDesde hace unos años para acá, hemos visto como peleamos unos a otros por ser de diferentes nacionalidades, no solo lo vemos en Latinoamérica, es obvio que en Europa y Estados Unidos también lo sienten frecuentemente.

Y es que esta Xenofobia que se está dando actualmente, no solo es un problema entre países, internamente también juzgamos o degradamos una raza. Cuantas veces no hemos visto dentro de nuestros países disputas entre regiones y egos heridos.

Irónicamente muchos extranjeros hablan mal del país o la región que le está acogiendo con oportunidades de trabajo y seguridad social, que mal se ve cuando se forman las tertulias en tierra extranjera para criticar gobiernos y culturas que te están dando una mano para salir adelante…me pregunto: ¿y por qué si están aburridos no regresan a su país o ciudad de origen?

Lo doloroso del tema, es que este conflicto socio-racial, se está convirtiendo en una guerra política entre naciones.

Ante la crisis mundial, cientos de familias acuden a sus países vecinos para huir de la violencia e inestabilidad económica que sus Gobiernos han propiciado. El aumento de estos refugiados en los últimos meses desafortunadamente ha impartido en restricciones de ingreso para tener control, protección y seguridad de la población, no creo que sea por Xenofobia las hayan establecido, y es lo que debemos entender para no aumentar más las tensiones entre los ciudadanos. No juzguemos el fondo de las políticas sociales que los Gobiernos establecen para proteger a su población.

Por la necesidad económica con que llegan cientos de refugiados, empresarios y negociantes aprovechan esta situación para pagar salarios inferiores al mínimo legal, la inseguridad e indigencia aumenta, incrementando directamente la tasa de desempleo al tener el ciudadano común menos oportunidades de entrar al mercado laboral.

Es preocupante que estas situaciones se sigan presentando, en especial, que los niños vean y aprendan actitudes de violencia. Insisto en mis blogs, que la educación es el motor para corregir los errores que hoy día vive nuestra sociedad. Necesitamos maestros que fomenten el respeto por los otros, indistintamente de su nacionalidad o raza; que enseñen el manejo adecuado de sus emociones para mejorar la convivencia; y el valorar y agradecer lo que se tiene.

Lo anterior, hará unos ciudadanos activos y comprometidos con un mundo más equitativo y sostenible.