Hacer las cosas con pasión es una de las claves para una vida próspera y feliz, y si lo unimos con talento definitivamente tendremos éxito. Es indiscutible que la pasión por el trabajo trae felicidad y la felicidad trae satisfacción.

Hay que ser bueno en lo que se hace (y si no se es, aprender a serlo, siendo proactivo y poniéndole ganas), pero también tiene que apasionar; de lo contrario te aburrirás, te cansarás, lo dejarás y sentirás que tienes que cambiar, y ese cambio te sacará de tu zona de confort y empezarán los dolores de cabeza.

Nuestro trabajo apasiona cuando: No importa el tiempo que transcurre porque no miras el reloj, no te importa si es festivo o no, lo harías, aunque no te pagaran porque para ti es un hobby, un entretenimiento, un placer.

Trabajar en algo que nos gusta nos permite realizarnos y tener una alta motivación dejando de lado la idea que nuestro trabajo es solo por “necesidad” u “obligación¨. Nunca pensé en ser independiente, tuve miedo al dar ese paso, pero tuve el apoyo de mi familia mi gran motivación, y al ver los frutos con el tiempo y el amor por mi trabajo, hizo que estuviera segura en que mi decisión fue la adecuada.

Soy economista, y cuando estaba en la Universidad soñaba con trabajar con el Estado, en alguna entidad que estuviera ligada a la parte de estadísticas o de economía ambiental. Desafortunadamente por razones que estaban fuera de mi control, nunca tuve la oportunidad de estar en una entidad gubernamental.

Al graduarme joven y no tener experiencia, me desempeñé en mi primer trabajo por 3 años como Asistente Administrativa y de Gerencia. Allí aprendí a tener proactividad y atender a los clientes, podía estar desde las 6 o 7 am hasta 9 o 10 pm en la oficina por el hecho de cumplir con mis responsabilidades y no darme por vencida y dejar todo tirado por un salario que era un poco más de un mínimo (aun siendo profesional con dos títulos).

Tuve la oportunidad que uno de los clientes que atendía, me contratara en una agencia de carga, donde empecé a aprender el negocio de la logística, no fue fácil, igualmente me quedaba tarde trabajando, muchos días trabajé hasta la madrugada, pero con la satisfacción que hacia lo que me gustaba: atender, ayudar y servir a los clientes, cumpliendo con sus entregas. Ya son más de 13 años en el sector y siendo empresaria, cada día doy lo mejor de mí para satisfacer a los clientes e inculcarle a mi hija y compañeros de trabajo que amen lo que hacen.